Días de lluvia.

viernes, 28 de marzo de 2014





Son días extraños... en los cuales la echo de menos. Estos días, estas semanas del mes de Marzo son tristes, desgarradores.
Escucho música para poder evadirme a mi mundo interior, pero el problemas es que aún sin música vivo en mi interior, protegiéndome de la vida misma.

La punzada de mi interior a cada instante es mayor, noto el pecho contraído... me prohíbe respirar con normalidad.

Los días pasan frente a mis ojos, veo sin observar, noto sin sentir la realidad... viviendo en el pasado, como una sombra, como un ser carente de lo llamado felicidad. Todo me parece tan cruel...

Todo se derrumba a mi alrededor, mi futuro, mi destino, mi presente y mis sueños. Solo me queda el recordar, el imaginar, el vivir en esos pocos recuerdos felices que esa persona que desde hace dos años no está a mi lado. Dos años ya... Son días duros, llenos de tristeza.

Estoy cansada de luchar, de que me golpeen de esta forma y sentir que caigo y que nadie me presta su mano amiga para levantarme y hacerme de nuevo caminar.

Tantas emociones así no son buenas... o eso dicen. Aún así soy de esas que lo guarda todo en su interior y no afecta a los demás con estas cosas. Sonrío a pesar de todo.

Son días tristes con lágrimas sabor de lluvia...

Me arrepiento de tanto. De no haber estado más tiempo a su lado, no solo de ella, sino de aquellos que ya no están. Echo de menos tantos momentos, tantas emociones, tantos sentimientos, tantas caricias, tantos besos... tantas sonrisas.

Control del destino

domingo, 26 de enero de 2014

Hay días en los que despiertas y notas que no hay mal alguno. No recuerdas los momentos malos vividos. Sales de la cama con una sonrisa, te levantas sabiendo que eres fuerte, que no hay nada que pueda contigo. 
Pero son solo días... 

Días buenos... días no tan buenos. 

Esos días no tan buenos te cuesta levantarte, abrir los ojos... solo quieres dormir. De repente vienen a tu mente todo tipo de problemas. Notas un vacío en tu interior y no quieres salir de debajo de las sábanas. 

Pero es incontrolable. 

¿Porqué ocurre esto? Se supone que acabamos de despertar y aún así sin saber porqué ese primer sentimiento o sensación de la mañana es lo que nos va a influir durante todo el día. 
Es extraño. 

Los sueños hace que esto sea así, o eso creo. 
Esos momentos que no son reales de una forma u otra modifican nuestra realidad. Pertenecen a nuestro subconsciente, pero de cierta manera ellos tienen gran presencia en nuestros comportamientos. 

Con las pesadillas, con sueños tristes, con sensaciones desagradables... nos despertamos de un humor apagado, sin ganas. 
Con otro tipo de sueños sentimos que somos capaces de comernos el mundo. 

Pero como nuestro camino en la vida los sueños no se pueden controlar al cien por cien. 

Creo que si fuéramos capaces de controlar nuestros sueños también tendríamos el control sobre nuestro estado de humor, nuestros actos, nuestra forma de estar y de comportarnos... es decir, podríamos ser capaces de controlar nuestro destino de cierta forma. 

Tan solo es una forma de pensar, algo que ha surgido. Es una reflexión personal, no la tengáis en cuenta al pie de la letra... pero pensadlo por un momento. 

Gracias por leer. 


Locura enamorada.

lunes, 13 de enero de 2014


Sueños que van y vienen. Deseos, esperanzas y recuerdos. Sentimentalismos.
Soy una persona que gran parte de mi vida la paso en mis pensamientos. Adoro recordar, imaginar y sentir la vida.

Sabes que poco a poco la vida se va apagando pero es mayor la experiencia que vas obteniendo.

El daño recibido es aprendizaje... aunque es bien cierto que nos gusta errar y caer una y otra vez en el mismo fallo.
Y lo odio, odio tener que ver mis errores. Caigo y vuelvo a caer siempre en lo mismo. Han jugado tantas veces conmigo de la misma forma que ya hasta me aburre.
Mi desconfianza ahora es lo que me hace poder seguir adelante sin mirar a nadie.

Siempre es la misma historia, comienzan con frases bonitas, luego con palabras más y más cálidas, hasta que quedas con esas personas que juegan, se divierten, te ilusionan y de repente... desaparecen.


Aprendes a vivir en ese vaivén, en eso que siempre duele. Como si fuera una caída, una punzada, un vacío.
El mayor daño es ese, el engaño, el que te hagan sentir bien pero para luego joderte.

Y esas cosas, junto con muchísimos más problemas te hacen ser fría, dura y de una personalidad extraña, egoísta... pero con mucho más sentimiento, aunque en su mayoría sea de soledad.


Siempre he querido mostrarme como soy, sin máscara, sin ese caparazón que me protege del miedo a volver a caer, a que me vuelvan a dañar. Pero no puedo hacerlo. Una vez pude hacerlo, pero ya no más.


No creo que vuelva a aparecer alguien que vea mi verdadero interior, que sepa todo lo que esta persona fría es capaz de mostrar y de sentir... pero me dicen que no, que no piense así que siempre hay alguien.
Pero aunque la hubiera... no seré capaz de responderle de la misma forma. No seré capaz de darle todo lo que la otra persona me de... porque el miedo sigue ahí.


Esas personas que dañan de tal manera... pienso que lo hacen sin maldad. Esa forma de actuar, como si de un teatro se tratase, solo es un pasatiempo, una costumbre, algo normal. Esas personas que no sienten con la misma intensidad que otros... ven el echo de enamorar como un simple juego.

El amor no es eso, es mucho más que una diversión.

No es un físico, no son unas caricias ni unas palabras. El amor no es una simple emoción repentina... no es un dibujo sobre el pecho ni tan siquiera una mirada.
No son mensajes, ni besos...
Es una enfermedad.
Te hace enloquecer, pierdes la noción del tiempo, abandonas tu realidad y sientes que tu cordura y todo lo que eres se funde en una extraña conexión con la otra persona.

Yo he llegado a amar hasta creer que mi mente estaba fuera de lo meramente racional.
Pensaba que mi vida era la otra persona, que lo daría o abandonaría todo por el otro, sabía que no podía ser así... pero sentía que no podía ser de otra manera.
Los problemas... siempre eran por mi culpa.
Las palabras, siempre las media para no dañar.
Los gestos, los cambié para agradar.
Las miradas las guardé solo para esa persona para no hacerla enfadar.
Pero eso no estaba bien.

Yo era la enamorada, la loca, la paranoica y la que siempre quería más. La que siempre deseaba un abrazo, un beso, unas palabras para satisfacer mi amor. Pero solo era yo.

Estaba enamorada, pero eso no era amor real. Estaba sola en esa enfermedad, en esa etapa de mi vida.


Juegan sin saber el daño que hacen.

Sé que alguna vez habrá pensado en mi y espero que se arrepienta pues ninguna mujer volverá a amarlo con esa intensidad que a cada año iba a más, más cercano a la locura que a lo normal.

Y siempre es lo mismo. Hasta que aprendes a no saber amar.

Ahora necesito aprender a valorar lo que tengo que es mi propia persona... quien siempre estará a tu lado eres tu mismo.


Lorelein Dark

Entonces comprendí.

viernes, 10 de enero de 2014


La vida, tan fugaz, tan hermosa, tan incompleta e inesperada...

Con ella aparecemos en el mundo, nos amoldamos, nos concienciamos y dormitamos. Siempre en un continuo cambio, a veces leve, otras tantas enormes.

¿Porqué es tan frágil? ¿Porqué va y viene con esa espontaneidad?

Preguntas que más de una vez ocupan mi tiempo y me entristecen.

La última vez que vi la muerte tan cerca... esa inexistencia de vida... fue cuando maduré y comprendí que el tiempo no es eterno.
Ya mismo hace dos años desde que esa persona se fue para no volver.
Le quise como a nadie, la única persona que me abrió su corazón y me dio todo su apoyo y cariño durante toda mi vida...

Entonces me culpé por no haber pasado más tiempo a su lado, el no haberme despedido la última vez que le vi. El no haberle ofrecido tantos abrazos o momentos. Le escuchaba, oía con detenimiento sus relatos, su vida. 82 años era una vida larga, interesante... para mi era una persona que aún después de su muerte la recordamos como bondadosa y una de esas que escasean en la actualidad.


Pasé por una depresión, pues no eran buenos momentos y aquello no me ayudó para nada.
Fue en ese instante cuando mi pareja en aquellos momentos comenzó a cambiar.
Necesitaba apoyo, comprensión, cariño... pero no obtuve nada.
Recuerdo que una de las frases que me ofreció mi ex mientras yo lloraba por todo lo que estaba pasando fue: ¿Para qué voy a decirte nada? Para hacer monólogos los hago en mi casa.

No tuve apoyo, excepto por otras personas que fueron apareciendo. Personas que ahora son las que más necesito en mis días. Mis amigos.


Por eso la vida te enseña a comprender la muerte. Es un camino hacia aquello que ninguno de nosotros podemos evitar.

El simple hecho de vivir es el mayor regalo que poseemos, el tiempo es algo que debemos aprovechar aunque nos arrepintamos de ciertos hechos siempre podemos continuar. La muerte es un estado que por más que intentemos no pensar está ahí y como tal necesitamos aceptar.


Sé que durante todo el tiempo que me quede la echaré de menos... Pero ella tuvo su vida, sus momentos, su tiempo y su lucha. Me costó aceptar su muerte, pero cuando sujeté su mano fría aquel día supe que siempre estaría conmigo, la llevaría en mi pasado, en mi memoria y en mi corazón. Mi abuela...







Sentimientos en Invierno.

jueves, 9 de enero de 2014


El amor. Hoy solo puedo pensar en ello. En recuerdos que pasan con gran velocidad por mi mente y me hacen volver una y otra vez al pasado.

Hoy le he visto de nuevo. 

Antes cuando lo veía por casualidad notaba como si mil pequeñas agujas atravesaran mi pecho. Notaba el daño con tanta fuerza, el odio, las ganas de llorar y de gritar... no sabía donde mirar o tan siquiera que hacer o decir cuando mi mente se topaba con su silueta. 

Lo veía pasar como un recuerdo lejano, tan apartado de mi... Aún hoy me parece increíble la confianza, el cariño y los besos que hubo. Pero ahora solo nos une el recuerdo. 


No lo culpo de todas las mentiras. Todos cambiamos, siempre estamos en continuo cambio... como una metamorfosis nos vamos formando hasta el fin de nuestros días. Él cambió y yo no acepté aquello. 

Y ya nada volverá a ser lo de antes. 


Intentas olvidarle, no pensar en todos aquellos momentos felices y haces que solo el odio de tu interior se alimente de todo lo malo. Pero aún así, a pesar de intentar rehacer tu vida... le amas. 

Yo aún amo aquel recuerdo. Aquella persona que un día estuvo a mi lado, antes de desaparecer por completo.


Hoy le vi, reconocí su figura en la lejanía, dejé de notar el frío, el tiempo por un instante se paró y me hizo recordar miles de emociones, de sensaciones. Pero ya nada de aquello existía. Solo recuerdos. 

Entonces volví a la realidad y noté su mirada sobre mi. Ya no me esquivaba como hacía antes, ahora tan solo como un desconocido permaneció a mi lado, al lado de otros extraños. 


Todo era diferente. Ahora veo que no hay vuelta atrás. 

Dicen que debes olvidar, pero creo que eso es imposible. Te aconsejan a rehacer tu vida, pero por más que lo intento no encuentro a la persona que deseo... porque esa persona ya la tuve en su día a mi lado. 
Me recuerdan los errores que cometió, me repiten una y otra vez todo el daño que en su día me hizo... pero me niego a culparle. Aún siento que si lo hizo sus razones tendría, no tengo porqué acusarlo. 

Pero recuerdas las lágrimas derramadas, las falsas promesas, los momentos de incertidumbre, las frases que tanto dolían. El daño sigue ahí. 


Ahora no quiero rehacer mi vida, sé que no sirve de nada. Necesito asimilar por completo mi situación, saber que ahora solo somos dos extraños y eliminar las esperanzas que en su día una vez tuve de compartir mi vida con él. 


Subimos al tren... y ninguno de los dos cruzamos miradas. Tan lejano... que parece un sueño. 

Tan solo somos dos desconocidos con un pasado compartido... con unas ilusiones ya quemadas, con unos sentimientos ya muertos. Somos extraños. 


Gracias por leer.




Confío en mi propia desconfianza.

lunes, 30 de diciembre de 2013



Hoy vengo a contarte mi mala suerte... no es para dar pena, más que nada es para hacerme ver que es lo que hago mal con mi vida.


Siempre he querido ser amada. Soy así, adoro tener a alguien a mi lado, como dos almas unidas en un mismo camino. Siempre he imaginado como sería el tener una pareja, desde pequeña.
Los besos, las caricias, los abrazos... todo lo que compartiría de forma física con esa persona.
Pero tras varios años supe que era realmente el amar.

Sentía que ambos éramos uno, dos personas como si fuera una sola. La conexión, las miradas, el silencio, las discusiones y las reconciliaciones... el ver que es el importarle a la otra persona. El abrazarla cuando lo necesita sin que te lo pida. El echarle de menos unas pocas horas en las que no estás con tu otra mitad.

La conexión en los momentos íntimos, ya no era sexo, era mucho más que eso. Las caricias estaban cargadas de sentimientos, las miradas, los besos... todo era diferente.

Tras muchos años con esta persona supe que mi vida estaba resuelta. No imaginaba otro futuro que no fuera a su lado. Me había acostumbrado a estar con él... y creo que ese fue mi mayor error...

Te acostumbras a lo maravilloso que puede ser una relación, apenas ves los momentos malos, los errores, perdonas, cambias, te transformas para que la otra parte sea feliz. Pero creo que ese fue el problema. No miraba por mi.

Aunque no lo viera él no era feliz. Durante años no perdonó ninguno de mis fallos, durante mucho tiempo estuvo alejado de mi. Solo fue real los primeros momentos, luego él hizo de la relación otra monotonía... las mentiras.

Antes de salir de casa cogía del perchero su abrigo y su máscara para poder continuar con el teatro.

Aguanté, estuve engañada por esa falsa felicidad, por esa monotonía que poco a poco iba desmoronándose tras de mi.


Al final todo acabó...

Solo quedaron los recuerdos, los momentos vividos... me culpé por todo lo que creí que había hecho. Quise volver al pasado pues cuando me dijo de que nuestro camino se separaba... desee desaparecer.

Ante mi se presentaba un futuro incierto, desconocido. Todos los planes que habíamos hecho durante años se rompían ante mi. No sabía que hacer, notaba que las promesas, las palabras cargadas de sentimientos ya no eran reales. Todo había sido un sueño... y en ese instante comenzaba la verdadera pesadilla.

La culpa era mía... ¿Porqué me dejaba así porque sí...? Tan solo por una pequeña pelea tonta de fácil solución. Durante dos días quise hablar con él y pedirle perdón pero él no quería.
Hasta que creí que el problema era su orgullo.


Entonces poco a poco tras las lágrimas supe donde estaba el problema. Las mentiras...
Incluso antes de dejarme iba diciendo que ya me había dejado, ahorrarse el regalo del aniversario dejándome un día antes... le agobiaba me decía... y yo creyendo que realmente el problema era mío.

No os creáis esa patraña. Siempre es lo mismo cuando ya no quieren nada. ``Me agobias... necesito mi espacio´´...
¿A qué viene eso después de tanto compartiendo nuestras vidas? Yo soy de las que creo que si una persona te importa nunca le vas a decir eso.

Celos... Creía que era celosa. Cuando yo nunca lo había sido. Entonces comenzaron una a una a destaparse... esas personas que se mantenían al margen y que no querían ``dañar´´ la relación.

``Hablaba con otras...´´ `` Me dijo que si no tuviera novia se liaría conmigo...´´ ``Hablaba mal de ti en la facultad...´´ ``No te aguantaba´´ `` Quería liarse con su mejor amiga´´ ``¿Sabes que iba a quedar a escondidas con aquella que no aguantabas?´´ ``No quise decírtelo para no dañarte...´´´

Y así miles de frases que durante meses han ido chocando contra la imagen perfecta que un día tuve de él.

Dicen que no debes hacer caso de lo que te digan... pero yo pensaba lo mismo durante mucho, sabía que escondía mucho. Y todo se verificó cuando vi un blog oculto de él.
Hablaba de mi en todas las entradas... pero no decía nada bueno.
Tenía una mejor amiga la cual yo desconocía... una amiga a la que le dedicó cientos de frases hermosas, era como un amor imposible a causa de la distancia.


Lo he pasado mal... y aún hoy sigo con mi pesadilla. He intentado volver a tener esa ilusión con otros... pero me es imposible. No confío. Además que muchos solo se acercan por el exterior, se aprovechan y en cuanto ya pierden el interés porque han probado todo de ti se alejan.

Pero sé que a pesar de todo... una parte de mi sigue queriendo a aquel recuerdo. Sé que nunca volveré a amar con la misma intensidad, todo al fin y al cabo se convierte en experiencia y esa experiencia me dice que no debo hacerlo.

Oculté y presioné mi desconfianza para poder confiar plenamente y querer con todas mis fuerzas... pero ya no. No volveré a cometer el mismo error. Porque ahora confío en mi propia desconfianza.



Así que si os dicen que cambiéis, si veis que lo dais todo y esa persona no parece satisfecha o que no os llena completamente, si ves que cambia para mal y su orgullo no le permite verlo... que le den. Uno mismo es más importante que esa otra ``mitad´´. Al fin y al cabo aunque haya ese sentimiento de amor no dejamos de ser dos personas, cada uno con su vida, con sus intereses, su forma de pensar.


Yo aún creo que esa persona con la que comparta mis días ya llegará. No tengo prisa.



Gracias por leer. 

Imaginación.

jueves, 26 de diciembre de 2013


Los niños... son pequeños y debemos protegerlos con todo lo que nos sea posible.

Nosotros hemos sido pequeños y siempre hemos necesitado ayuda para cualquier cuestión. Ya sea porque nos hayamos caído y nuestra rodilla o barbilla haya sangrado, por alguna pesadilla en la noche que nos hubiera hecho despertar entre llantos, porque algún niño mayor se hubiera burlado de nosotros por cualquier tontería... o por cosas propias de la gran imaginación de un mocoso. 


Cuando pequeños nuestra imaginación es desorbitada, creemos que una bola de barro es una albóndiga, que sin nada somos padres o madres de una familia, que un muñeco es nuestro hijo o que un action man es el ser más poderoso de todos. Creo que eso eran cosas que a los niños de mi época les hacía felices. Recuerdo que siempre quise un tamagotchi y nunca me lo compraron... Cosas de la vida. 

Pero aún así... la imaginación de un niño no va mucho más allá que eso. No piensa en la crueldad del ser humano, cree que el malvado es ese niño que le insulta o que le margina en los juegos grupales. 

Yo descubrí con 8 años que había mucho más allá. 


Fui una niña solitaria, siempre creí que el malo era ese chico que no paraba de insultarme, de pegarme chicles en el pelo o que decía eso de ``no, tú no juegas´´. Aun así salía a la calle como buena masoquista para seguir intentando poder jugar con el grupo de mi barriada. 

Entonces fue cuando comencé a escuchar palabras, frases que mi propia mente ha bloqueado, gestos y miradas que tengo clavadas en mi subconsciente, acciones que me horrorizaban y que no llegaba a comprender. ¿Porqué cuando estaba sola él se quedaba observándome desde la oscuridad? Eran como esas sombras que por la noche me aterrorizaban en mi propia habitación. ¿Porqué cojones solo me hablaba cuando me quedaba a solas? ¿Porqué ese maldito hijo de puta me tocaba el trasero con un gesto que aún hoy en día me revuelve las tripas? 

En esos días comprendí que la maldad del hombre... era mucho más. 


Un niño tiene una imaginación desorbitada, puede pareceros gracioso cuando os dice algún problema que para nosotros no es nada. Pero si una simple caída o burla es un mundo... imaginaros que puede ser el abuso sexual por parte de un pederasta. 

Cuando un crío llora, intenta contaros el problema... no os riáis de él. A mi me ocurrió... intenté decir como yo entendía por aquel entonces lo que me estaba pasando, yo me sentía presionada, perseguida, indefensa... pero no sabía expresarme. Entonces todos se rieron de mi... mis padres inclusive. 


Por eso si alguna vez os pasa no os riáis de él o lo ignoréis, un niño nunca miente ante casos así. Ayúdale. 


``Porque la imaginación de un niño no conoce la verdadera maldad del ser humano´´. 


Gracias por leer.