Sentimientos en Invierno.

jueves, 9 de enero de 2014


El amor. Hoy solo puedo pensar en ello. En recuerdos que pasan con gran velocidad por mi mente y me hacen volver una y otra vez al pasado.

Hoy le he visto de nuevo. 

Antes cuando lo veía por casualidad notaba como si mil pequeñas agujas atravesaran mi pecho. Notaba el daño con tanta fuerza, el odio, las ganas de llorar y de gritar... no sabía donde mirar o tan siquiera que hacer o decir cuando mi mente se topaba con su silueta. 

Lo veía pasar como un recuerdo lejano, tan apartado de mi... Aún hoy me parece increíble la confianza, el cariño y los besos que hubo. Pero ahora solo nos une el recuerdo. 


No lo culpo de todas las mentiras. Todos cambiamos, siempre estamos en continuo cambio... como una metamorfosis nos vamos formando hasta el fin de nuestros días. Él cambió y yo no acepté aquello. 

Y ya nada volverá a ser lo de antes. 


Intentas olvidarle, no pensar en todos aquellos momentos felices y haces que solo el odio de tu interior se alimente de todo lo malo. Pero aún así, a pesar de intentar rehacer tu vida... le amas. 

Yo aún amo aquel recuerdo. Aquella persona que un día estuvo a mi lado, antes de desaparecer por completo.


Hoy le vi, reconocí su figura en la lejanía, dejé de notar el frío, el tiempo por un instante se paró y me hizo recordar miles de emociones, de sensaciones. Pero ya nada de aquello existía. Solo recuerdos. 

Entonces volví a la realidad y noté su mirada sobre mi. Ya no me esquivaba como hacía antes, ahora tan solo como un desconocido permaneció a mi lado, al lado de otros extraños. 


Todo era diferente. Ahora veo que no hay vuelta atrás. 

Dicen que debes olvidar, pero creo que eso es imposible. Te aconsejan a rehacer tu vida, pero por más que lo intento no encuentro a la persona que deseo... porque esa persona ya la tuve en su día a mi lado. 
Me recuerdan los errores que cometió, me repiten una y otra vez todo el daño que en su día me hizo... pero me niego a culparle. Aún siento que si lo hizo sus razones tendría, no tengo porqué acusarlo. 

Pero recuerdas las lágrimas derramadas, las falsas promesas, los momentos de incertidumbre, las frases que tanto dolían. El daño sigue ahí. 


Ahora no quiero rehacer mi vida, sé que no sirve de nada. Necesito asimilar por completo mi situación, saber que ahora solo somos dos extraños y eliminar las esperanzas que en su día una vez tuve de compartir mi vida con él. 


Subimos al tren... y ninguno de los dos cruzamos miradas. Tan lejano... que parece un sueño. 

Tan solo somos dos desconocidos con un pasado compartido... con unas ilusiones ya quemadas, con unos sentimientos ya muertos. Somos extraños. 


Gracias por leer.




0 comentarios:

Publicar un comentario